DIFERENCIAS TÉCNICAS ENTRE PLEXR® Y OTROS DISPOSITIVOS QUE «DICEN SER DE PLASMA»
Por la Ing. Sara Ciocca
Licenciada especialista en Ingeniería Biomédica de la Universidad de Roma “Tor Vergata” . Recibida con una tesis de planeamiento y realización de un dispositivo médico para suturaciones circulares utilizado en el tratamiento de la anastomosis colorrectal, denominado “Cabezal Monouso”. Ha realizado una simulación bidimensional con software de elementos para valorar la seguridad y fiabilidad de los modelos propuestos, cuyo resultado ha sido tutelado y patentado por la Universidad Tor Vergata el 22 de Julio del 2010. En los últimos 4 años ha desarrollado actividades en el sector de la Medicina Estética en GMV/LGM S.r.l desempeñando el puesto de Especialista en Asuntos Regulatorios para la gestión de las certificaciones empresariales de ISO 9001, para la certificación CE médica de equipos ISO 13485 y entrenamiento de la fuerza de venta como interfaz empresa – médico, ha realizado también actividades de formación e información sobre metodologías e instrumentaciones en congresos y cursos nacionales e internacionales.
PlexR® es un generador de plasma, el único con patente internacional exclusiva de máquina y metódica. El dispositivo genera un micro-plasma selectivo, parcialmente fraccionado en frecuencia y potencia, mediante una serie de parámetros seleccionados para recrear este fenómeno físico: gas parcialmente ionizado.
Se utiliza una frecuencia de trabajo y tensión concretas (diferencia de potencial) entre la punta del manípulo y el cuerpo del paciente para generar un arco voltaico, mediante el cual se excitan los átomos para que el electrón pase del estado fundamental al segundo estado excitado. En PlexR®, los dos parámetros técnicos de tensión y frecuencia han sido estudiados y calibrados para conseguir el efecto superficial y no invasivo. Esto, unido a la ausencia de contactos metálicos con el paciente/ doctor, sin pulseras, sin cables de conexión eléctrica a red y placa/electrodos de cierre para estabilizar o potenciar la señal en salida, permite trabajar con seguridad sobre zonas delicadas y sensibles, sin crear daños térmicos persistentes o molestas descargas eléctricas.
¿Qué sucede cuando un dispositivo trabaja con parámetros no configurados o no programados correctamente?
1. Frecuencia de trabajo muy baja: Se crea un efecto ‘chispa’ importante a elevada distancia de la piel del paciente, una alta percepción de la descarga eléctrica y mayor profundidad de penetración en el tejido con daño térmico difuso y persistente.
2. Tensión muy elevada: se genera más calor, pérdida de precisión, acción poco focalizada / estable y más dispersa. La pérdida de precisión no permite una correcta ejecución del tratamiento.
3. Frecuencia de trabajo muy elevada: acción más superficial. Para obtener la chispa es necesario acercar mucho el manípulo a la piel, reducir la distancia crítica para la generación del gas ionizado, con el consiguiente riesgo de contacto.
4. Tensión muy baja: poca eficacia.
La correcta elección y balance de estos dos parámetros, (70-80kHz – max 1,220 kVpp), nos permite recrear un fenómeno físico preciso y estable y trabajar en el plano correcto tisular, sin crear daños térmicos de profundidad ni descargas eléctricas.
Es fundamental tener en cuenta que si los médicos tienen la posibilidad de elección de estos parámetros, esto puede llevar a una inadecuada programación del dispositivo, con la formación de un arco voltaico no seguro, porque simplemente la energía erogada NO ES OTRA QUE ELÉCTRICA.
Ejemplos:
1. Un dispositivo, también italiano, cuyo nombre contiene la palabra plasma, en su reciente registro CE el Ministerio de Salud Italiano lo clasifica como “Electrobisturí para uso General”. En Italia se vende a personal no médico. Trabaja desde los 50 kHz hasta 3 kVpkpk /1100 Vac y permite seleccionar los niveles de intensidad, con el riesgo de generar una chispa no idónea para la zona a tratar. Como electrobisturí, tiene baja frecuencia de trabajo (mayor daño térmico) y alta tensión (pérdida de precisión).
2. Existe otro dispositivo que viene de Europa del Este que no publica estudios histológicos en su página web. Trabaja a 50-60 Hz, con alimentación eléctrica de red, una tensión de trabajo elevada 0,8-7Kv seleccionable por el operado en función del inestetismo a tratar. Provee puntas de radiofrecuencia y conexión eléctrica a red, con la cual estabiliza la señal de salida. Se define como electrobisturí en sus propios catálogos.
3. Una marca comercial que vende su dispositivo en forma de pulsera, inscrito en el Ministerio de Salud italiano como ‘Electrocauterio bipolar a baja temperatura. Se define como un dispositivo que utiliza el principio de la radiofrecuencia de onda larga. No se trata de plasma, el principio de funcionamiento es diferente. Es sabido que no es seguro utilizar radiofrecuencia en las proximidades de áreas perioculares por obvias razones. El PlexR® es el único instrumento para ejecutar
la blefaroplastia dinámica no quirúrgica, porque está calibrado con una salida estable para crear un haz y un micro-plasma de trabajo concentrado superficialmente.
4. Existe una empresa que comercializa un dispositivo cuyo nombre comienza con la palabra ‘Eléctrico’. Al igual que el anterior, se presenta como un equipo que funciona bajo el principio de radiofrecuencia de onda larga. Tiene cinco niveles de potencia y frecuencia y dice que puede producir la contracción del tejido y una ablación selectiva. Este dispositivo trabaja a tensiones elevadas de 40 kHz y presenta electrodos superficiales para potenciar la señal de salida. Trabajar con este instrumento sobre una zona periorbitaria es difícil y doloroso.
Diferencias entre PlexR® y un bisturí eléctrico
Como ya hemos dicho, PlexR® es un generador de plasma, un dispositivo médico que genera una señal pseudo-sinusoidal. El plasma genera sublimación: utilizando la diferencia de carga electromagnética entre la punta del manípulo y la piel del paciente se produce un rayo de micro-plasma parcialmente fraccionado, como resultado de la ionización / excitación de los átomos del gas presente entre la punta del instrumento y el cuerpo. La interacción tisular, unida al impacto de este último sobre el tejido, induce una remoción superficial del estrato de los corneocitos (sublimación – paso del estado sólido al gaseoso) y una bioestimulación dérmica para producir nuevas fibras de colágeno (calor selectivo absorbido). El sistema actúa siempre en la epidermis, en el estrato germinativo, y nunca pasa a la papila dérmica. En cambio, un electrobisturí es un generador de ondas eletromagnéticas. Sobre la punta del electrodo activo, a causa de sus reducidas dimensiones, la densidad de corriente es elevadísima. En el punto de contacto entre el electrodo y la piel, la corriente desarrolla una gran cantidad de calor en poco tiempo en la resistencia eléctrica encontrada. Según la forma del electrodo activo y la velocidad con que se mueva, así como intensidad de la corriente que se utiliza y la forma de la onda, esta herramienta consigue un efecto de corte o de coágulo, o bien de ambos. El efecto térmico de la corriente sobre el tejido puede llevar a diferentes transformaciones sobre las células que lo componen, según la temperatura que se alcance. Fulgura, entre otras cosas, lo que no tiene nada que ver con sublimar. La fulguración está muy lejos de ser controlable y por ende, el hecho de pasar a la papila dérmica resulta una incógnita. Finalmente, es más que evidente que tampoco puede generar ningún tipo de retracción ni rejuvenecimiento.